lunes, 20 de diciembre de 2010

Un mensaje por Navidad

Estamos en la semana de la celebración de la Navidad. La Navidad como sabemos es una de las fiestas más importantes del Cristianismo (junto con la Pascua y Pentecostés), que celebra el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén.

La verdadera fecha de nacimiento de Jesús no se encuentra registrada en la Biblia. Por ésta razón, no todas las denominaciones cristianas coinciden en la misma fecha.

Los orígenes de ésta celebración, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio del invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o los dioses del sol, como Apolo y Helios (en Grecia, Roma), Mitra (en Persia), Huitzilopochtli (en Tenochtitlan), entre otros.

Cuando el emperador Constantino I el Grande (231-337) se convirtió al cristianismo decretó como día festivo el 25 de Diciembre como fiesta del nacimiento de Jesús. Su finalidad era convertir a los paganos que adoraban al sol en cristianos.

La navidad comenzó a celebrarse con motivo de cristianizar la fiesta pagana del “nacimiento del sol invencible”o “nacimiento del sol de justicia”, que se celebraba cada 25 de Diciembre, y justificarle un propósito evangelístico declarándose a Cristo como el “sol de justicia” (Mal. 4.2); “astro que nace de lo alto” (Lucas 1:78); “Luz para alumbrar las naciones” (Lucas 2: 32); “Luz del Mundo” (Juan 8:12; 9:5).

Esta fue una estrategia evangelística que los cristianos antiguos aplicaron para combatir la idolatría de su tiempo, y apartarse de las fiestas paganas para desarrollar su propio culto al Señor Jesús.

Por tal razón, la navidad no debe ser motivo de disputas o de juicios por tradiciones o fechas respecto al nacimiento de Jesús. Los primeros cristianos aprovecharon la ocasión para hacer oír el mensaje del Rey Jesús entre sus familiares y amigos. De igual manera debemos de hacerlo nosotros.

No es solo convivencia familiar

Los fines de la Navidad eran puramente religiosos hasta que la mercadotecnia ha ido cambiando el sentido de esta fiesta cristiana mezclando su carácter religioso con la tradición de la convivencia familiar, que tampoco está mal. Pero la navidad no es solo un motivo de reunirnos en familia, tenemos que recuperar el propósito.

No es solo la tradicional celebración navideña

La navidad por ser la fiesta cristiana más popularizada del mundo contiene una serie de tradiciones:

La cena de navidad. Que consiste en un banquete a medianoche, en honor del nacimiento de Cristo, de manera parecida al banquete judío del Pesai. Tradicionalmente se come pavo, cerdo, cordero y otros platos.

Los pesebres o nacimientos navideños. Es la representación del nacimiento de Jesús, mediante una maqueta de Belén, y sus alrededores, en el que las figuras principales son el establo en donde nació Jesús, la familia, los animales y los pastores, también los tres reyes, y una estrella con una estela que también colocarse en lo alto del árbol de la navidad.

Los Villancicos. Son canciones o cantos alusivos al nacimiento de Cristo. Algunos como Noche de paz.

Las Chocolatadas. Son celebraciones para niños durante los días previos al 24 de Diciembre en nuestro país. Consiste generalmente en espectáculos infantiles con payasos, bailes, y entrega de regalos para todos. Es infaltable el chocolate caliente y el panetón.

Los alumbrados navideños. También se han convertido en una muestra de la época navideña, en donde las calles, avenidas, plazas, parques se colocan alumbrados llamativos y coloridos, algunos de gran belleza, principalmente en las calles más concurridas, además de árboles de Navidad de gran tamaño. También la gente coloca luces navideñas en los balcones y ventanas de las casas.

Intercambios de regalos. Desde el siglo XIX la navidad se popularizó la costumbre del intercambio de regalos; se creó a Santa Claus y regalar tarjetas de Navidad.

Costumbres que con el tiempo la mercadotecnia (en especial la norteamericana) aprovecharía para expandir la Navidad por el mundo dándole un carácter distinto al religioso, y con temas que poco o nada tienen que ver con la tradicional celebración navideña.

Hoy la navidad que es celebrada por los cristianos, pero también por los no cristianos y aún ateos es solo en la mayoría de los casos un mero festejo de convivencia social y familiar o prácticas tradicionales de celebración. Pero, qué es entonces la navidad?

La navidad es el aniversario del nacimiento de un Soberano

El verdadero sentido de la palabra navidad dista mucho del comer pavo el día 24, colocar el arbolito en la sala de tu casa, recibir la visita de santa Claus para premiar a nuestros niños buenos, irse a la playa, o celebrar una pachanga con los amigos.

El término Navidad es una contracción de la palabra Natividad (en latín Nativitas), que significaba entre los romanos EL ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE UN EMPERADOR.

La navidad es el nacimiento del Rey Soberano y Salvador que vino a recuperar el reino perdido del hombre en el jardín del Edén a causa de su desobediencia. Es la restauración de la autoridad y dominio del hombre sobre toda la creación de Dios por Jesús el segundo Adán. Es la transformación de un pueblo creyente de la esclavitud a un reino de reyes.

La Biblia dice en Lucas 2.10-11

Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”

Lucas 2: 32 es el versículo donde se aprecia mejor el significado mundial del nacimiento de Jesús:

“Luz para revelación a los gentiles, 

Y gloria de tu pueblo Israel”

A la canción de este pasaje se le conoce como Nunc Dimitis. El evangelista Lucas nos asegura que el nacimiento del Salvador en este mundo significa para su pueblo el traslado del reino de las tinieblas a al reino de la luz, del amado Hijo de Dios, Rey de reyes y Señor de señores.

Lucas 19:10 dice: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”

Apocalipsis 1:5-6 ” …Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos”.

Por Jorge Arévalo

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