El principio de propiedad se refiere a todo lo que una persona tenga por derecho exclusivo poseer y controlar como su verdadera propiedad.
El hombre tiene el derecho de poseer y controlar su propia conciencia, pensamientos, opiniones, ideas, sentimientos (su propiedad interna); como también de poseer y ejercer dominio sobre sus terrenos, propiedades, dinero (que vendría a ser su propiedad externa).
La Biblia enseña que Dios es el Creador de todas las cosas así como de nuestras propias vidas. El posee y siempre está en control de Su propiedad.
En su bondad, Dios, le ha conferido al hombre la facultad de poseer y ejercer el dominio de Su propiedad, esto incluye, terrenos, casas, dinero, habilidades y conocimiento y salud). El hombre, por tanto, tiene el mandato de ser un mayordomo fiel de lo que se le ha dado.
El apóstol Pablo es un gran ejemplo de un propietario que es un mayordomo fiel. En Hechos 24:16 dice: “Y por esto, procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de Dios y acerca de los hombres”.
Pablo, pues, cuidaba excelentemente la propiedad interna de su conciencia. La mantenía limpia como quién había de dar cuenta.
La propiedad llevada al terreno político
John Locke, afamado político británico escribió en su tratado De Gobierno Civil: “Para el hombre, siendo la obra maestra de un Hacedor omnipotente e infinitamente sabio: todos los siervos de un Soberano Señor, enviados al mundo por Su orden y sobre Sus negocios, son Su propiedad, Su obra maestra hecha para Su placer, no para el placer de unos a otros....”
Locke, afirma que, el hombre tiene una propiedad sobre su propia persona concedida por Dios.
Razón por la cual, Stephen McDowell en su libro “Liberando las Naciones” dice:”Ningún gobierno o poder debe invadir la propiedad del ser humano de su libre conciencia ni su libertad civil”. La propiedad interna o externa del hombre es un derecho inalienable. Esta es la razón por la que los gobiernos deben de protegerla.
Inalienable según el diccionario significa que no se puede “ni ceder ni vender legalmente”. El gobierno está para proteger toda propiedad del ser humano.
El principio de propiedad nos asegura que ninguna propiedad que es nuestra puede ser tomada por otros sin nuestro consentimiento.
¿No es acaso la violación de este principio lo que está llevando a ciertos gobernantes como es el caso del tradicional distrito de Barranco a vender o concesionar cada vez más espacios públicos sin el consentimiento de sus gobernados?
Respetar el principio de propiedad lleva a cualquier gobierno a edificar sobre la base de la prosperidad y libertad para todos sus ciudadanos.
Jorge Arévalo
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